MANO MARTINEZ – RETRATO DE AUTOR

Fotógrafo de desnudo masculino

La luz natural, las situaciones informales y los chicos que Mano selecciona hacen de su proyecto un statement fotográfico de la perspectiva del artista sobre el desnudo masculino y la fotografía de autor.

La obra de Mano demuestra de forma descarada pero, a la vez, nada pretenciosa como los chicos son ahora las nuevas pin ups. El cuerpo desnudo del hombre juega ahora por primera vez un papel importante como objeto de deseo. El desnudo masculino ha salido del armario. Nuevas masculinidades están saliendo del armario. Según Mano, puestos a cosificar, vamos a cosificarnos todos. En moda y publicidad estamos acostumbrados a ver mujeres semidesnudas, y en actitudes sexuales que rozan el ridículo. Estas actitudes comienzan a diluirse en el momento en que hay cambio de papeles y el hombre  comienza a adoptar ese rol. El efecto comercial del cuerpo desnudo del hombre es distinto debido a que la sociedad ha transmitido la imagen de unos estereotipos injustificados en los géneros, y eso deja al descubierto lo absurda que es la cosificación. La entrada del desnudo del hombre en publicidad nos ayuda a darnos cuenta de que es posible salirse de los clichés establecidos, de que todos podemos ser atractivos sin dejarnos atrapar por los estereotipos de la sociedad. Las nuevas masculinidades pueden ayudar a desprendernos de esa motivación de menosprecio a lo femenino y de sobrevaloración a lo masculino, y Mano traslada ese concepto al retrato de autor.

A Mano le resulta muy interesante cómo la fotografía de desnudo masculino se ha desarrollado a lo largo de la historia. Sólo a partir de los años 70 los artistas empiezan a representar cuerpos de hombres desnudos desde un punto de vista plástico, sin partir de una justificación acerca del motivo de sus obras. Hasta entonces esa tendencia existía, pero siempre encubierta. En este sentido la obra de Mano surge como resultado de mezclar su interés por la historia del cuerpo del hombre en el Arte, la representación del mismo y la atracción que él mismo siente por la belleza masculina.

No se puede dejar de mencionar la admiración que Mano siente por otros fotógrafos de desnudo masculino, como parte de lo que llevó a que ahora él forme parte de este grupo de artistas. Su fotografía es celebrativa del cuerpo del hombre. Warhol, Pierre et Gilles, Bacon, Mapplethorpe, Weber, Ritts fueron, para él, los primeros que canalizaron esa tendencia y esto ayudó a alcanzar los primeros pasos hacia la verdadera libertad de expresión y normalización del desnudo masculino en el Arte. La pintura, aunque su temática fuese erótica o pornográfica, era clasificada como Arte y se colgaba en los museos, pero la fotografía estaba limitada al consumo privado. El carácter de representación directa de la realidad que tiene la fotografía hizo que, para su difusión, los artistas tuviesen que adoptar los códigos existentes en las otras artes plásticas, citando siempre a la Antigüedad Clásica. Pese a ello, toda esa fotografía de desnudo masculino enmascarada que va desde 1839 hasta 1969, marcó pautas y rompió tabúes, de manera que ha influenciado a la que se hace hoy, y no sólo a nivel artístico sino también publicitario. Se podría decir que el desnudo masculino sin justificaciones en fotografía devuelve al Arte el lugar que ocupaba antes de la llegada del Cristianismo, antes de la llegada de las prohibiciones.

Los retratos que Mano realiza hablan de él mismo y de su mirada a través de otros cuerpos. Sobre la anatomía de sus modelos vuelca sus deseos, sus anhelos y sus sentimientos, se apodera de sus gestos y, en cierto modo, los vampiriza para plasmar en imagen la condensación de esta experiencia.